viernes, 17 de agosto de 2012

José Antonio Ortega Lara

La noticia que recorre el espinazo informativo impreso, audiovisual y digital tiene que ver con uno de los secuestradores de José Antonio Ortega Lara. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró  que Instituciones Penitenciarias decidirá si concede el tercer grado penitenciario al terrorista Josu Uribetxebarría Bolinaga, uno de los secuestradores del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.
Francamente, no creo que gastar mi tiempo y el suyo con la liberación de terroristas de esta calaña, merezca la pena.Sin embargo, creo imprescindible no olvidar lo que las alimañas son capaces de hacer sin compansión ni arrepentimiento. Esta es una breve reseña de la biografía de José Antonio, truncada por el terror de los que ahora piden misericordia.
José Antonio Ortega Lara, nació en el año 1958 en Montuenga, pedanía del municipio de Madrigalejo del Monte en la provincia de Burgos.
Trabajaba como funcionario de prisiones, además de haber realizado los estudios de Magisterio y la licenciatura en Derecho. También estuvo afiliado al Partido Popular desde el año 1987 hasta el 2008.
José Antonio Ortega Lara fue secuestrado al volver del trabajo, en su propia casa.Prestaba sus servicios en el centro penitenciario de Logroño.
Su tortura comenzó el 17 de enero de 1996 y se prolongó durante 532 días hasta el día de su liberación por la Guardia Civil el 1 de julio de 1997.
Estuvo enterrado en vida, en un zulo de 3 por 2 metros y 1,8 metros de alto, húmedo por su proximidad al río Deva, en Mondragón. Sin luz natural, infraalimentado, su aislamiento y maltrato le produjeron trastornos del sueño, pérdida de masa muscular, pérdida de densidad ósea, estrés postraumático, ansiedad y depresión.
Por esta infame acción fueron juzgados y condenados  Julián Achurra Egurola y José Luis Aguirre Lete por la organización del secuestro. También se condenó a José Luis Erostegui, Javier Ugarte, Jesús María Uribechevarría y José Miguel Gaztelu Ochandorena.
Espero que todos vosotros cumpláis con exactitud lo que la justicia ha decidido por vuestros execrables crímenes.



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