domingo, 10 de febrero de 2013

Corrupción casual o fundamental

Sin ánimo de desmerecer el que don Mariano haya publicado algunas de sus declaraciones, ejemplo que debieran de copiar inmediatamente desde el resto de las formaciones políticas, sindicales, religiosas y patronales, y en general de cualquier organización de cualquier naturaleza, lo que si me gustaría ver, tocar y comprobar las declaraciones de miles de "honrados" ciudadanos que piden a sus dirigentes políticos lo que no cumplen en su propia casa. La corrupción no tiene únicamente un calificativo, no solo es corrupción política, también se denomina, fraude fiscal, economía sumergida, engaño mercantil, fraude sindical, subvenciones recibidas mediante engaño a las administraciones, jueces y policías que incumplen su función, funcionarios que no funcionan y algunos que ni van, contratos laborales fraudulentos. Me temo, que el grado de penetración de la corrupción en todas sus manifestaciones en la propia sociedad es de un calado impresionante. No creo que la clase política sea mucho peor que el resto de los ciudadanos, simplemente lo tienen más fácil.
El problema que resulta de la corrupción política es delicado y peligroso, ya que deteriora uno de los mejores lubricantes que permiten que las sociedades funcionen, ese lubricante no es otro que el sistema político democrático, una vez que el lubricante desaparece, la maquinaria sigue funcionando pero chirría en exceso y finalmente se bloquea.
Algunos, los más aprovechados, sustituyen el lubricante inicial por otro tipo de líquidos, que inicialmente permiten seguir funcionando, pero que provocan serios desajustes, corrosiones y a muy corto plazo necesitan de severas correcciones, eliminando engranajes estropeados.
Entre tanto sigamos teniendo un elevado nivel de corrupción, también en nuestras vidas privadas, a los dirigentes habrá que vigilarlos como si fueran convictos en libertad condicional, y al mínimo síntoma de caída o recaída, zas, en toda la boca.

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