domingo, 15 de abril de 2012

Un puñado de valientes

A estas alturas del juego, es más que probable, que algunas actitudes y ciertos comportamientos te hayan provocado más de dos arcadas, en sentido metafórico, aunque tampoco descarto que alguno hayamos tenido que ir al excusado para no manchar la alfombra.

Además se observan ciertas paradojas y contradicciones insalvables. En este sentido,  no se me ocurre como transformar una importante dosis de oscurantismo y manipulación encaminada a favorecer algunos intereses particulares, en una fuerza capaz de transformar la sociedad basada en los intereses generales y la transparencia. De forma más simple, se puede decir que lo que no se tiene en casa no se puede sacar de ella.

¿En que curva del corto camino se quedó arrumbado el debate, por no hablar del trabajo efectivo? ¿En que momento de la travesía se subieron a nuestro carro, al carro del que estamos tirando como mulas, los intereses particulares y el protagonismo personalista?. Por qué, sin embargo, no suben a este hipotético carro, del que no nos olvidemos, nosotros mismos somos el tiro, la participación de otros ciudadanos, la opinión de otros, simpatizantes o no tan simpatizantes. A lo mejor o a más bien a lo peor, son las mismas fuerzas las que impiden que suban determinados tipos de cargas y a la vez permiten que si lo hagan otras, aunque estas últimas sean indeseables.  Durante ya demasiado tiempo, los que nos han traído hasta esta cerrada y peligrosa curva del recorrido, quieren seguir indicando cual tiene que ser el camino a tomar y seguir desentrañando las encrucijadas en las que sin duda nos veremos abocados.

¿Piensas que estas frases aquí escritas, describen adecuadamente cierta parte de la realidad circundante a todos nosotros?¿Piensas que ya hemos disfrutado lo suficiente de nuestros propios “arrieros” y que han tenido las suficientes oportunidades? ¿Piensas que otra forma de hacer política, es una expresión hueca y sin sentido exacto o por el contrario, puede ser y debe ser aplicada con exactitud a nosotros mismos en nuestros asuntos internos?

Pero, además, hay muchas cosas positivas, aunque también a lo peor se echan en falta. ¿Cuánta participación acarrea nuestro carro? Y ¿Cuánta fidelidad, cuanto espíritu de servicio? ¿Cuánto “bien común”?
En resumen, el carro del que estamos tirando como mulas o vacas, dependiendo dela parte de la geografía de la que hablemos, el animal será uno u otro, pero no el esfuerzo y el trabajo que desarrolla, también hay que decir que no todos están tirando ni con la misma fuerza ni con el mismo convencimiento y los más “despistados” ni en la misma dirección, bien, este carro ¿será capaz de llevarnos con la carga que tiene a un destino de éxito?

Personalmente, pienso que hay que cambiar a los “arrieros”, que nuevamente se postulan para seguir con el mando, hay que deshacerse de la carga espesa y pesada formada por intereses particulares, afán de protagonismo y de dominio, que provoca que las ruedas se hundan en el camino impidiendo su avance rápido y sustituirla por otra carga, mucho más liviana como las ideas y mucho más ligera, como el trabajo bien hecho.


En el Principado de Asturias se ha producido un hecho, que bien puede reproducirse en el Sur del país, salvando las distancias, muy pocos votos pueden tener un gran valor. Si de mí depende, haré lo posible para que ese puñado de votos, votos valientes, provoque el cambio de “arrieros” y de la carga del carro. Si sintonizas con estos pensamientos, de ti depende, el formar parte de ese puñado de valientes  y así poder encaminarnos  a un destino de éxito.

2 comentarios:

  1. Interesante artículo... :-)

    Y si me lo permites, ya que nombras Asturias, hay una persona de éxito reciente en aquellas tierras que NUNCA ha sido ni ha pretendido ser el arriero asturiano

    Lo cual da que pensar sobre lo conveniente de quiénes quieren ser el novio en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro... aunque esto último quizá no tanto :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. gracias por tu comentario Vicente. Y respecto al muerto, lo que quieren ciertos arrieros es echárselo a otros, como ya han hecho algunos. Espero que sepamos todos realizar la mejor elección, y que ni esos novios, ni esos niños ni siquiera esos muertos acaben teniendo relevancia en esta boda-bautizo y entierro.

      Eliminar