Ante la imposibilidad de resolver democráticamente la formación de un nuevo gobierno, los militares toman algo más que la palabra
Que nos queda, en resumen no nos queda nada, nada bueno, un
partido corrupto que quiere gobernar (PP), un partido también corrupto que no
quiere gobernar (Psoe), un partido que quiere gobernar con los partidos
corruptos (C´s), algunos partidos que quieren gobernar en exclusiva su propio
Estado (PDC, PNV, ERC), algunos partidillos que se subirán al carro de sea
quien sea el que gobierne (CC, Foro Asturias, UPN) y un partido que mejor que
no nos gobierne (Podemos).
Ya se han obviado los debates sobre los objetivos del
gobierno y solamente ha sobrevivido el debate sobre el o los que formarán el
gobierno. La ciudadanía nada en el hartazgo de la situación en la que nos
encontramos, pero tampoco es capaz de cambiar su voto de manera drástica para
resolver el gravísimo problema de la ausencia de gobierno. Los propios
políticos se han convertido en el gran problema que hay que resolver, pero
ningún partido relevante forma parte de
la solución, los políticos nadan en el charco de la ineficacia, la irresolución
y la inutilidad.
Si la ciudadanía es incapaz de votar adecuadamente y si los
políticos son incapaces de negociar adecuadamente, ¿qué es lo que nos queda?
Exactamente quedan los cuarteles. ¿Y qué está sucediendo en
los cuarteles? Los cuarteles españoles tienen una larga tradición
intervencionista de forma directa e indirecta en la política nacional. El siglo
XIX y el siglo XX han tenido una buena colección de asonadas militares,
mismamente nuestra actual democracia es hija putativa de la dictadura del
general Franco.
¿Es posible que los militares, sean requeridos para
presionar o incluso resolver de forma provisional (eso se dice siempre) la
falta de capacidad para el entendimiento entre los partidos políticos y formar
un gobierno que acometa los problemas más acuciantes de tiene España?
¿Es posible que los militares propongan un gobierno de
tecnócratas para hacer frente a los compromisos europeos y frene las ansias disgregadoras
de los nacionalistas vascos y catalanes?
Claro que es posible, seguramente por las capitanías se
habla de esta posibilidad, seguramente los militares estén presionando a su
propio jefe, Felipe VI, en la dirección de resolver algo menos democráticamente
la elección de un gobierno. Claro que imponer un gobierno exige a su vez
imponer su permanencia, por lo que el Congreso de los Diputados perdería simultáneamente algo o mucho de su capacidad
de decisión, tanta como apoyo necesite el nuevo gobierno "no demasiado
democrático".
A lo mejor, blandir la amenaza
militar ante nuestro todavía sistema bipartidista, que quiere morir matando, es
la mejor solución para resolver democráticamente nuestro nudo gordiano. O a lo
peor la solución militar es la única que resuelve nuestro actual problema,
aunque como sucede siempre, genere un sin fin de problemas algo más tarde.
¿Alguien ha oído algo similar en los cuarteles? El que
suscribe desde luego que no ha oído nada, pero ¿ Y si sí?
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