jueves, 24 de enero de 2013

Subvencionar a los partidos nos costó 66 millones de euros

No se puede entender que a estas alturas, la Ley Orgánica sobre financiación de los partidos políticos que se promulgó en el mes de julio de 2007, financie y subvencione la actividad política con unas cifras francamente importantes.
Las primeras cuestiones que me planteo son dos ¿Tan débiles son las estructuras políticas españolas que necesitan de tan importante inyección de liquidez? ¿Qué sucedería si se eliminaran las subvenciones a los partidos?. Dejo las respuestas a su elección.
Desde la Ley de Financiación el artículo 3 sustenta las subvenciones a los partidos para atender sus gastos de funcionamiento y sus gastos de seguridad.
Han transcurrido más de 35 años desde que el sistema político español puede ser denominado “democracia” y papá estado sigue dándole la paga al niño. ¿Y por qué sucede esto?, sencillamente por la maldad que encierra que el legislador legisla sobre el legislador, en todos los sistemas democráticos en lo que respecta a la legislación sobre el sistema de financiación la maldad es evidente, los políticos legislan sobre su propia financiación, por lo que no tendrán ningún acicate en recortar, controlar y mesurar sus propios ingresos. Pero esta forma de ver las cosas no se corresponde con lo que piensa el ciudadano corriente, para el que es evidente que hay que establecer un plan de reducción paulatina y rigurosa para convertir estas subvenciones a la mínima expresión, entendiendo por mínima, la necesaria para financiar la seguridad y los eventos electorales, y los partidos que se busquen sus fuentes de financiación propia, además el calendario de reducción no debería de ser más amplio que el que corresponde a una legislatura.
Ni el estado de la economía permite este dispendio, ni los partidos deben de nutrirse del Estado. En su lugar deberán de recurrir a los militantes, a las campañas, a las donaciones legales, que tendrán de financiar el 100 por 100 de los gastos de funcionamiento. Por cierto, el 73 % de esas subvenciones terminan en las cuentas corrientes del Partido Popular y Socialista.
Si financiar partidos no resulta una actividad de mi devoción, eliminar la misma, además evitaría que organizaciones políticas legales pero con objetivos disparatados y aberrantes dispongan de fondos aportados por los perjudicados de sus propuestas y políticas disparatadas y aberrantes. Obviamente, me estoy refiriendo a los nacionalistas secesionistas y a los consentidores del terror.
El gobierno popular parece que entiende el mensaje, pero como suele hacer habitualmente, o ha dicho lo contrario de lo que termina haciendo y/o desnaturaliza el propósito, en este caso ha reducido la financiación en los Presupuestos de 2013, pero de forma ridícula, un 3,54 %, ésta no es la velocidad para conseguir la mayoría de edad y la emancipación a los partidos políticos.
Aunque ya se encuentra el año un poco avanzado, he incorporado a mis propósitos de priemros de año, el propósito de intentar eliminar de los Presupuestos Generales del Estado la partida “financiación a partidos políticos”. Es evidente que mi propósito es desmesurado y necesitará de un gran apoyo ciudadano, pero no conozco a nadie que no piense lo mismo.

2 comentarios:

  1. No estoy del todo de acuerdo. Evidentemente la financiacion de los partidos necesita mucho mas control que ahora y ser mas reducida.

    El problema es que hay dos opciones, o financiacion publica, o financiacion privada (con donaciones de particulares).

    Yo al menos prefiero que los partidos se financien de forma publica, a que sea un aprticular el que ponga el dinero, puesto que en ese caso es mucho mas facil que ese particular con dinero, imponga a los representantes de todos una vision que solo le interesa a el.

    Evidentemente, habria que tener controles mucho mayores para que la financiacion de los partidos sea mas transparente, publica y limpia de lo que ahora es.

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    1. Hola Guillermo, ciertamente no hay sistema perfecto, la financiación privada tiene sus riesgos, pero que el dinero público, ti dinero y mi dinero, todos los años terminen en manos de los partidos me parece un despropósito, puedo entender que al comienzo de la actividad política de una nueva formación se le ayude a implantarse y desarrollarse, pero al cabo de un tiempo, 4 o cinco años, esta formación debe de caminar solo con sus recursos. Pienso lo mismo de las subvenciones permanentes a sindicatos, empresas, organizaciones culturales, etc, etc.

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